El orgullo de sí

"We're here! We're Queer! Get used to it!"

Hoy amanecí con resaca sentimental. Y no es para menos. Porque (re)apropiarse de los espacios públicos para transformarlos en plataformas políticas de visibilización siempre deja huellas indelebles de libertad. La disidencia sexo-genérica alzó la voz una vez más.

D-I-S-I-D-E-N-C-I-A: nada más emblemático que una palabra con el poder de contener en sí misma toda una historia de luchas a favor de un mundo donde las diferencias no sean motivos de exclusión, marginación, violencias sistemáticas y muerte. Entonces, las palabras sí importan.

Creamos los universos que necesitamos tener para poder ser. Eso es la marcha de la disidencia sexo-genérica: un lugar para reafirmar que lxs seres humanos poseemos identidades en constante movimiento, que somos espacios abiertos a múltiples posibilidades eróticas, afectivas y amorosas.

Marchar es ganar libertades arrebatadas. Marchar es mirar a las diferencias como puntos radicales de igualdad, comprensión, compasión, amor y cuidado. Si marcho, devengo conocidx. Si soy conocidx, existo.

Ayer, las "minorías" nos hicimos multitud.