Cómeme el donut
Hablar de culos nunca estuvo tan de moda como
lo es hoy en las cuentas de Instagram. Recordemos que Kim Kardashian agitó las
redes sociales al inicio del 2014 cuando publicó la fotografía de su enorme trasero
junto al de Blac Chyna. De hecho, éste fue denominado el “año del culo”.
Sin embargo, parece ser que existe mucho
culto al empaque y poca atención al interior. Más allá de las formas existen
las sensaciones. Y sentir con el culo no es tema exclusivo de personas que se
asumen en un rol sexual pasivo o receptivo. Estimularlo (o que te ayuden a
estimularlo) puede contribuir a experimentar orgasmos más intensos. Lo refuerzo
yo, lo aseguran muchos, lo confirma la ciencia sexológica.
En general, el orgasmo está
relacionado con la eyaculación, es decir, con una manifestación externa, y la
mayoría de las personas informan que lo alcanzan por estimulación directa de
pene o clítoris. Sin embargo, la versión interna es radicalmente distinta. Algunxs
lo experimentan como un orgasmo más profundo, una sensación abstracta que se
extiende por todo el cuerpo. Sí, todas esas posibilidades caben en tu culo,
entre otras cosas…
Si nunca te has permitido explorar la
retaguardia, aquí te daré el empujoncito que te hacía falta (con albur). Primero
recorreremos la anatomía del culo, porque conocer y nombrar todas sus partes
resulta necesario para la exploración y el jugueteo. Después, te presentaré algunas formas de sentirte en solitario y en compañía, promoviendo en todo
momento el ejercicio del consenso y el cuidado mutuo.
¡Acompáñame a ver esta
deliciosa historia!
¡Vaya culo! Su anatomía de cabo a rabo
Perineo. La piel que hay entre el ano y los órganos sexuales de la pelvis (pene
y testículos, o vulva). Está lleno de terminaciones nerviosas hipersensibles.
Si te acaricias esa zona verás para qué sirven…
Glúteos mayores. También se llaman nalgas. Es uno de los músculos
de la pierna; el más grande del cuerpo humano.
Esfínter anal externo. También llamado “asterisco”, el
“mil arrugas”, “nudo de globo”, el “boca de limón”, y muchas guarradas más…
Puedes contraerlo o relajarlo de forma voluntaria.
Después del esfínter anal externo llegas al esfínter interno. No tenemos tanto control sobre este esfínter,
pero podemos aprender a relajarlo. Cuando te metes algo por el culo con la intención
de darte un gustito, éste es el músculo que pone más resistencia. El esfínter
puede contraerse por sí mismo, pero no puede quedarse contraído (a los 60 segundos
vuelve a relajarse). Los dos esfínteres se abren y se cierran para dejar que
pasen las heces fecales.
Entre el esfínter externo y el
interno está el canal anal:
centímetros llenos de terminaciones nerviosas que te hacen sentir dolor o
placer. Cabe mencionar que dolor y placer no son necesariamente experiencias
contrarias, ya que para algunas personas la penetración “ruda” les puede provoca
un dolor muy placentero.
Después del esfínter interno está el recto: un músculo tubular del tamaño de
un puño. El recto tiene pocas terminaciones nerviosas (no suele doler), pero
tiene una pared intestinal muy delicada que sangra fácilmente.
La próstata se encuentra debajo de la vejiga y a la altura del recto
en cishombres*, justo a 5 centímetros del ano (al alcance de un dedo). Tiene
forma de nuez con alas (o de “snitch”, la pelota utilizada en el juego de
Quidditch por Harry Potter), y su principal función es secretar fluido seminal
que se mezcla con los espermatozoides durante el orgasmo. En cismujeres y en
hombres trans** se localiza a la altura del primer tercio de la vagina (también
al alcance de un dedo) y su tamaño es variable (similar al de una lenteja), por
lo que la cantidad del eyaculado dependerá de qué tan grande o pequeña sea.
El culo no lubrica como la boca o la
vagina. Si introduces algo es muy probable que la mucosa anal se irrite si no
está bien lubricada. Procura usar lubricantes hidrosolubles y evitar lociones o
cremas perfumadas. El lubricante reduce los riesgos de pequeñas heridas en el
ano y facilita la penetración.
Toco, masajeo y aprendo: explorando en solitario
Para empezar a explorar el culo
puedes apoyarte primero del masaje externo. Toca suavemente el perineo con las
yemas de los dedos, juega con las presiones y hazte consciente de todas tus
sensaciones. Dirígete al ano y masajéalo en forma circular con ayuda de un buen
lubricante; no olvides que a mayor lubricación, mayor relajación. Siente las
texturas. Pon atención a tu respiración, y si te llegan los nervios, detente un
momento y respira profundo. Introduce poco a poco un dedo sin dejar de hacer
movimientos circulares para ir dilatando gradualmente. Identifica el cambio de
temperatura. Si te animas, puedes introducir más de un dedo al mismo tiempo. Sube
como si quisieras tocar el ombligo a través del recto, y si tu próstata se
encuentra a este nivel, la sentirás como un bulto firme; frótala y verás cómo
te pones más durx. Permítete presionar las paredes del recto para potenciar la
experiencia. Puede que con el vaivén de los dedos tengas una sensación de
presión (como si fueras a mearte o a cagar, es normal). Intenta no tocar tus órganos
sexuales, por ahora sólo dedícate a tu culo. Explora sin prisa, pero sin pausa…
En el caso del orgasmo prostático,
las sensaciones son totalmente nuevas, las contracciones son rectales y las
microsensaciones sorprendentes. Si no estás acostumbradx a este tipo de placer,
te dejará sin aliento. No se trata de una explosión inmediata, sino progresiva.
Recuerda que esto requiere de voluntad, paciencia, perseverancia y de no tirar
la toalla al primer intento fallido.
Otras formas de jugar
El culo tiene más posibilidades que
sólo sentarse o cagar. Ahora ya sabes que está lleno de terminaciones nerviosas
(muy sensibles) que nos ayudan a darnos un gustazo; porque nunca dejamos de
jugar, sólo cambiamos de juguetes…
El beso negro (anilingus) o colibrí. También llamado “lavado de cazuela”
o “comer el culo”. Se trata de dejarte explorar el culo por la lengua de tu
pareja sexual. El secreto es ir poco a poco para que te vayas poniendo cachondo
o cachonda. Una manera de aumentar la excitación es ir cambiando la intensidad
de las lamidas y la posición y presión de la lengua. Es una excelente forma de
ir dilatando el ano.
Dedeadas. Nada como un buen dedo ajeno para masajear-estimular-dar
toquecitos-frotar la próstata o el recto. Por ahí dicen que “eres de quien te haga estallar el culo…”
Sex toys. La gama de juguetes sexuales es interminable, y mucho más las maneras
de usarlos. Visitar una sex shop puede convertirse en una deliciosa experiencia
ya que podrás encontrar masajeadores prostáticos de todo tipo, así como
dilatadores anales (plugs), vibradores y bolas chinas. Y lo mejor: ¡estos
juguetitos dan justo en el punto!
Fisting (fistfucking). Se trata de meter la mano en el
culo, a veces se puede llegar a meter todo el antebrazo. El arte del fist
radica en dominar las técnicas de relajación y dilatación (con mucho
lubricante) para no llegar a lastimarte.
Reinventando los roles sexuales
Quizá llegará el día en el que dejemos
de ser “activos”, “pasivos” e “inters” para convertirnos en seres de
sexperiencias múltiples. Atrévete a crear espacios de intimidad, honestidad y
respeto con tus parejas sexuales, porque entre más te pongas a prueba, mayor
será tu capacidad para decidir hasta dónde y hasta cuándo. Dinamita los
temores, descubre nuevos roles y reinventa tus amores.
*Cisgénero describe a una
persona cuya identidad de género coincide con el sexo biológico. **Transgénero describe a una persona cuya
identidad de género no corresponde al sexo biológico.
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